Un viaje a La Nucia con Emilio Gomez sensei.
El último fin de semana de enero varios miembros del club Bushinkai acudimos al III Curso de iaido de La Nucía, dirigido por el sensei Emilio Gómez. Llegamos a La Nucía, cerca de Benidorm, el viernes por la tarde. Al final nos decidimos por alquilar un apartamento a cinco minutos en coche del pabellón. Fue un acierto, era amplio y bastante nuevo. Además al ser temporada baja estábamos prácticamente solos en la urbanización. Tras llenar la nevera y cenar copiosamente, nos fuimos a la cama en busca del sueño reparador, guardando fuerzas para los dos días siguientes. El sábado por la mañana lo dedicamos a practicar educativos, sobretodo trabajo en parejas. Se hizo hincapié en el kiri tsuke y también en la colocación de las caderas. Tras la tradicional foto de grupo, ya bastante hambrientos, fuimos a comer todos juntos a un bar muy cerca del pabellón. Por la tarde tuvimos que trasladarnos a una sala en el segundo piso un poco más estrecha, pero aprovechamos que tenía espejos para hacer educativos específicos. Después recorrimos la sala a lo largo en oleadas practicando toda clase de educativos en movimiento, y luego nos dedicamos a las katas de seite iai. Acabamos con una ronda de exámenes en blanco, y de ahí a la sayonara. Fuimos a un restaurante chino con un buen precio de buffet ¡con barra libre incluida! El domingo estuvo ocupado íntegramente por la competición y práctica de arbitraje, para foguearnos de cara a las próximas competiciones autonómicas y el campeonato de España. Una de las cosas que más nos llamó la atención fueron las instalaciones. Un pabellón nuevo y en perfecto estado, dentro de un complejo deportivo muy cuidado, donde había desde un circuito de radiocontrol a una pista de trial, varios campos de futbol, tenis, pádel, etc. Hay que destacar el buen ambiente con los compañeros venidos desde diversos puntos de España. Aunque el tiempo no acompañó y un viento helado corría de vez en cuando, no podemos menos que alabar la excelente organización y las enseñanzas del siempre didáctico maestro Emilio. En definitiva, ¡una experiencia digna de repetirse!
R.H