Samurai y la ceremonia del té
Poco se sabe de la entrada de la planta del té ó Camellia sinensis (cha-茶) en Japón, no obstante se conoce que el emperador Shomu, en su palacio de Nara en el año 729, hizo servir a unos 100 monjes un té proveniente de China, gracias a sus embajadores en la corte de Tang.
Un siglo más tarde, el comercio del té empezó a florecer debido a los intercambios comerciales con China, sobre todo en templos que comenzaron a cultivar sus semillas.
Uno de los fundadores del budismo Zen (Eissa), escribió un tratado de como promover la salud física y espiritual mediante el uso de sus propiedades, las cuales reflejó en un tratado sobre el mismo denominado Kissa Yojoki. Unos años más tarde, su discípulo Dogen (1200-1253) instituyó unas reglas de la ceremonia en consonancia con la vida del momento.
No fue hasta unos años más tarde cuando el uso de esta bebida se convirtió en un juego, ya que con "el Trucha"como nuevo juego social, los invitados a esta ceremonia debían de averiguar la clase de té que se encontraban tomando en ese preciso momento; este hecho concreto junto con el uso de elementos como objetos artesanales y decorativos en las tazas, hizo que poco a poco esta ceremonia adquiriese un tono más serio.
Esto último caló muy hondo en la sociedad de los samurais, debido a la austeridad de la ceremonia en sí misma, ya que iba más allá de un mero entretenimiento o valor medicinal de la planta en sí, aunque el hecho más detonante se produjo en la época del shogun Ashikaga Yoshimasa (1436-1490) el cual nombró maestro del té a un maestro del ZEN (Ikku Sojun). Este periodo fue seguido de un progresivo minimalismo, simplicismo y ascentismo. Entre las últimas innovaciones realizadas destaca que todos los participantes debían de entrar agachados a la misma ceremonia, fuese cual fuese su estatus social y rango.
Estos hechos bien conocidos se sabe que sirvieron a los samurais daymos y al propio shogun Nobunaga, para fines políticos ya bien para ganar el favor de los monjes o de una ciudad y su servidumbre por medio de autorizaciones a sus generales de realizar uso de la misma con fines personales y político-militares.
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